viernes, 11 de abril de 2008

Miles de cosas en un mes.



Empiezan las fallas y el cumple de Nacho (8 ya, qué viejo soy), bautizo de mi sobrino Diego (mi cuarto ahijado) y visita en bici a la ciudad de Valencia con mascletá incluida para toda la familia.

Tras las fallas nuestra primera parada está en Peñiscola donde nos plantamos "toda la familia Sanchis" en el camping Sol D´Or (nada recomendable para nadie, mal trato, muy chabacano, se aprovechan sólo del entorno que tienen para dar una porquería de servicio). La ciudad preciosa, con una historia impresionante y un entorno ("Sierra de Irta") magnífico.

El castillo perteneció entre otros muchos al Papa Luna y fue Sede Papal en el cisma de Occidente, e incluso entre sus muros hubo un cónclave donde salió elegido el sucesor de Luna nombrando a Clemente VIII último Papa en la obediencia de Aviñón ... el que quiera saber más a la wikipedia.



Luego vinieron Manito y Manita y hubo una minisalida en bici por la costa, con rachas de aire que tiraban p´atrás, y fidegüa en la meta preparada por Emilio (sin ajo of course) con el placer de la visita de los suegros de Vicente y Celia, marido y niña incluidos, en definitiva nos juntamos ciento y la madre.



Lo más destacable es que Jacobo se curró una paella, pa flipar (jajaja). Tras dos días de viento y discusión con los del camping nos volvimos para casa, la verdad que el tiempo no acompañó nada y el Dios Eolo se lo pasó en grande con nosotros, le tuve que poner una piqueta a la perra para que no se me volara por las noches.

En Valencia tres días de curro liviano y de nuevo viaje para el Jerte, a una casa rural preciosa en Casas del Castañar, con mi amigo Pepe Bañón para ver cerezos en flor. Tuvimos una suerte inmensa. Cuando llegamos a Casas del Castañar, tras pasar por Ávila y meternos entre pecho y espalda el consiguiente chuletón que no cabía en el plato, estaban en lo álgido de la fiesta con el 95% de los cerezos en plena floración y reportajes en todas las teles extremeñas, en definitiva una maravilla. Estuvimos tres días de jornadas gastronómicas que aún estoy pagando (con la bici claro): medallones de ternera, cochinillo, patatas revolconas, ibéricos de todo tipo, quesos curados de oveja de quitarse el sombrero, postres increíbles, etc..., todo regado con vinos excelentes elegidos por mi amigo Pepe (enólogo donde lo haya).

El paisaje inolvidable y auténtico que no me esperaba en absoluto, en lugar de una tierra yerma encontramos unas dehesas de ganado preciosas, verdes, mucha agua (Sierra de Gredos, Montes de Francia, Valle del Jerte,...), una preciosidad , en definitiva sorprendente.



Uff vaya mes, inolvidable.

No hay comentarios: